Existe una leyenda acerca del origen de este oasis, una historia de amor que nos translada a los tiempos prehispánicos. Una hermosa doncella, proveniente del cercano pueblo de Tacaraca, llega desconsolada a este lugar a llorar la muerte de su amado, según algunas versiones un valiente general incaico.
Las lágrimas de esta mujer, de ojos verdes y cabello muy negro, fueron formando poco a poco la laguna. Se dice que en noches de luna llena, aún se pueden escuchar sus lamentos, los que confunden a los visitantes desprevenidos.
Fuente: Atlas Departamental del Perú